
No se sabe si quiere adivinar que pasa afuera o si está mirando su reflejo.
La confusión surge tantas veces...
A menudo se mezclan la historia y la leyenda, el fondo con la forma, lo pleno con el vicio.
Lo único que se sabe, claro, es que los felinos muy pocas veces observan otra cosa que no sea a ellos mismos.